«Casa de Sefarad dispone de una Biblioteca especializada y Centro de Documentación abierto a investigadores. A su colección bibliográfica, hemerográfica y documental se suma su mediateca. Su catálogo reúne los registros de la documentación existente»

«Casa de Sefarad dispone de una Biblioteca especializada y Centro de Documentación abierto a investigadores. A su colección bibliográfica, hemerográfica y documental se suma su mediateca. Su catálogo reúne los registros de la documentación existente»

«Casa de Sefarad dispone de una Biblioteca especializada y Centro de Documentación abierto a investigadores. A su colección bibliográfica, hemerográfica y documental se suma su mediateca. Su catálogo reúne los registros de la documentación existente»

La Biblioteca. Centro de documentación

La Biblioteca

Centro de documentación

Las bibliotecas (y los archivos) han sido durante muchos siglos y diferentes civilizaciones una metáfora del infinito; una isla, un refugio, un laberinto para el saber. Las bibliotecas han ejercido una notable atracción para pensadores, para los investigadores, para los médicos y físicos, para los legisladores, para los escritores, para los investigadores. Paradójicamente, también, han desarrollado un gran atractivo para el fuego, el olvido, la ruina, el fanatismo y la muerte. La quema de libros siempre ha sido un anticipo de la quema de personas.

La Biblioteca y Centro de Documentación de la Casa de Sefarad es un espacio de memoria, un refugio para investigar y un lugar de conocimiento (para los que tienen sed de conocer, los sitibundos). En esta biblioteca encontrarán la larga y compleja historia de Sefarad y de los judíos hispanos, la diáspora sefardí, la vida comunitaria, las aljamas hispanas, el sorprendente universo de nuestros judeoconversos y “marranos”, las prácticas religiosas, las festividades, las persecuciones, el papel determinante de la Inquisición, el pensamiento, la creación literaria, las disputas, la cocina, la música, la medicina, los viajes y viajeros, la ciencia y tecnología… Están presentes los nombres propios de hombres y mujeres que han dejado huella en la Península Ibérica y en la larga diáspora hasta nuestros días: Ibn Saprut, Qasmuna, Ibn Nagrella, Dunas ben Labrat, Doña Leal, María Coronel, Maimónides, Nahmánides, Abraham Abulafia, Doña Gracia Nasí, Isabel Rebeca Correa, Ephraim Bueno, los Tibónidas, Sara Copio Sullam, Ibn Gabirol, Yehuda ha Leví, Benjamín de Tudela, Sem Tob, Mencía González, Diego Mateo Zapata, Mateo Alemán, Teresa de Cartagena, María de Cazalla, Abraham ibn Ezra, Lluis Alcanyís, Emma Lazarus, Myriam Moscona, Laura Papo “Bohoreta”, Luis de Góngora, Fernando de Rojas, Ruth Behar, Angelina Muñiz Huberman, Reinette l´Oranaise, Veza Canetti, Andrés Laguna… Compartiendo el mismo espacio de memoria y conocimiento están las secciones de Al Andalus, Mediterráneo, Migraciones, Historia, Pensamiento, Literatura, Bibliotecas, Comunicación y Literatura.

La Biblioteca y Centro de Documentación reúne fondos bibliográficos, hemerográficos y documentales. Igualmente dispone de una mediateca (grabaciones musicales, películas, novela gráfica y documentos en soporte digital).

Definitivamente esta Biblioteca es una metáfora del infinito.

Las bibliotecas (y los archivos) han sido durante muchos siglos y diferentes civilizaciones una metáfora del infinito; una isla, un refugio, un laberinto para el saber. Las bibliotecas han ejercido una notable atracción para pensadores, para los investigadores, para los médicos y físicos, para los legisladores, para los escritores, para los investigadores. Paradójicamente, también, han desarrollado un gran atractivo para el fuego, el olvido, la ruina, el fanatismo y la muerte. La quema de libros siempre ha sido un anticipo de la quema de personas.

La Biblioteca y Centro de Documentación de la Casa de Sefarad es un espacio de memoria, un refugio para investigar y un lugar de conocimiento (para los que tienen sed de conocer, los sitibundos). En esta biblioteca encontrarán la larga y compleja historia de Sefarad y de los judíos hispanos, la diáspora sefardí, la vida comunitaria, las aljamas hispanas, el sorprendente universo de nuestros judeoconversos y “marranos”, las prácticas religiosas, las festividades, las persecuciones, el papel determinante de la Inquisición, el pensamiento, la creación literaria, las disputas, la cocina, la música, la medicina, los viajes y viajeros, la ciencia y tecnología… Están presentes los nombres propios de hombres y mujeres que han dejado huella en la Península Ibérica y en la larga diáspora hasta nuestros días: Ibn Saprut, Qasmuna, Ibn Nagrella, Dunas ben Labrat, Doña Leal, María Coronel, Maimónides, Nahmánides, Abraham Abulafia, Doña Gracia Nasí, Isabel Rebeca Correa, Ephraim Bueno, los Tibónidas, Sara Copio Sullam, Ibn Gabirol, Yehuda ha Leví, Benjamín de Tudela, Sem Tob, Mencía González, Diego Mateo Zapata, Mateo Alemán, Teresa de Cartagena, María de Cazalla, Abraham ibn Ezra, Lluis Alcanyís, Emma Lazarus, Myriam Moscona, Laura Papo “Bohoreta”, Luis de Góngora, Fernando de Rojas, Ruth Behar, Angelina Muñiz Huberman, Reinette l´Oranaise, Veza Canetti, Andrés Laguna… Compartiendo el mismo espacio de memoria y conocimiento están las secciones de Al Andalus, Mediterráneo, Migraciones, Historia, Pensamiento, Literatura, Bibliotecas, Comunicación y Literatura.

La Biblioteca y Centro de Documentación reúne fondos bibliográficos, hemerográficos y documentales. Igualmente dispone de una mediateca (grabaciones musicales, películas, novela gráfica y documentos en soporte digital).

Definitivamente esta Biblioteca es una metáfora del infinito.

Las bibliotecas (y los archivos) han sido durante muchos siglos y diferentes civilizaciones una metáfora del infinito; una isla, un refugio, un laberinto para el saber. Las bibliotecas han ejercido una notable atracción para pensadores, para los investigadores, para los médicos y físicos, para los legisladores, para los escritores, para los investigadores. Paradójicamente, también, han desarrollado un gran atractivo para el fuego, el olvido, la ruina, el fanatismo y la muerte. La quema de libros siempre ha sido un anticipo de la quema de personas.

La Biblioteca y Centro de Documentación de la Casa de Sefarad es un espacio de memoria, un refugio para investigar y un lugar de conocimiento (para los que tienen sed de conocer, los sitibundos). En esta biblioteca encontrarán la larga y compleja historia de Sefarad y de los judíos hispanos, la diáspora sefardí, la vida comunitaria, las aljamas hispanas, el sorprendente universo de nuestros judeoconversos y “marranos”, las prácticas religiosas, las festividades, las persecuciones, el papel determinante de la Inquisición, el pensamiento, la creación literaria, las disputas, la cocina, la música, la medicina, los viajes y viajeros, la ciencia y tecnología… Están presentes los nombres propios de hombres y mujeres que han dejado huella en la Península Ibérica y en la larga diáspora hasta nuestros días: Ibn Saprut, Qasmuna, Ibn Nagrella, Dunas ben Labrat, Doña Leal, María Coronel, Maimónides, Nahmánides, Abraham Abulafia, Doña Gracia Nasí, Isabel Rebeca Correa, Ephraim Bueno, los Tibónidas, Sara Copio Sullam, Ibn Gabirol, Yehuda ha Leví, Benjamín de Tudela, Sem Tob, Mencía González, Diego Mateo Zapata, Mateo Alemán, Teresa de Cartagena, María de Cazalla, Abraham ibn Ezra, Lluis Alcanyís, Emma Lazarus, Myriam Moscona, Laura Papo “Bohoreta”, Luis de Góngora, Fernando de Rojas, Ruth Behar, Angelina Muñiz Huberman, Reinette l´Oranaise, Veza Canetti, Andrés Laguna… Compartiendo el mismo espacio de memoria y conocimiento están las secciones de Al Andalus, Mediterráneo, Migraciones, Historia, Pensamiento, Literatura, Bibliotecas, Comunicación y Literatura.

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Definitivamente esta Biblioteca es una metáfora del infinito.

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