Sala de la Lengua Judeoespañola
Nuestros judíos en la Diáspora hablan el judeoespañol, una lengua, hispánica en su origen, con raíces mayoritarias en el castellano y con aportaciones del portugués, aragonés y catalán. Esta lengua ha sido denominada históricamente como judeoespañol, djudeo-espanyol y djudezmo. La lengua hebrea (vinculada a la sinagoga y a la lectura de los textos religiosos) está muy presente en su vocabulario. Del mismo modo nuestros sefardíes incorporan a la lengua, expresiones y palabras provenientes del árabe, turco, italiano, griego, francés… Las comunidades de hablantes se distribuyeron en los territorios del Imperio Otomano (Balcanes, Grecia, Turquía, Oriente Medio) y en el Magreb, donde se desarrolló un peculiar dialecto, la haketía.
El ladino, no confundir con el judeoespañol, es una lengua escrita, no hablada, que traslada al español con caracteres hebreos (palabra por palabra) textos litúrgicos y pedagógicos.
Nuestros judíos en la Diáspora hablan el judeoespañol, una lengua, hispánica en su origen, con raíces mayoritarias en el castellano y con aportaciones del portugués, aragonés y catalán. Esta lengua ha sido denominada históricamente como judeoespañol, djudeo-espanyol y djudezmo. La lengua hebrea (vinculada a la sinagoga y a la lectura de los textos religiosos) está muy presente en su vocabulario. Del mismo modo nuestros sefardíes incorporan a la lengua, expresiones y palabras provenientes del árabe, turco, italiano, griego, francés… Las comunidades de hablantes se distribuyeron en los territorios del Imperio Otomano (Balcanes, Grecia, Turquía, Oriente Medio) y en el Magreb, donde se desarrolló un peculiar dialecto, la haketía.
El ladino, no confundir con el judeoespañol, es una lengua escrita, no hablada, que traslada al español con caracteres hebreos (palabra por palabra) textos litúrgicos y pedagógicos.
Nuestros judíos en la Diáspora hablan el judeoespañol, una lengua, hispánica en su origen, con raíces mayoritarias en el castellano y con aportaciones del portugués, aragonés y catalán. Esta lengua ha sido denominada históricamente como judeoespañol, djudeo-espanyol y djudezmo. La lengua hebrea (vinculada a la sinagoga y a la lectura de los textos religiosos) está muy presente en su vocabulario. Del mismo modo nuestros sefardíes incorporan a la lengua, expresiones y palabras provenientes del árabe, turco, italiano, griego, francés… Las comunidades de hablantes se distribuyeron en los territorios del Imperio Otomano (Balcanes, Grecia, Turquía, Oriente Medio) y en el Magreb, donde se desarrolló un peculiar dialecto, la haketía.
El ladino, no confundir con el judeoespañol, es una lengua escrita, no hablada, que traslada al español con caracteres hebreos (palabra por palabra) textos litúrgicos y pedagógicos.